martes, enero 19, 2010

LA EPIFANIA DE UN CERDO PARLANTE



A mediados de 1996 la afiebrada imaginación de Raúl Torres Olea desembarcaba en el puerto de una de sus más locas ideas que llegaron a concretarse, luego de incursionar en la escultura y de ser un lector ávido y voraz da con una imagen mental: EL CERDO PARLANTE. Cómo se llegó a ello, es un completo misterio. Compartió su idea con Eduardo Farías Alderete y comenzaron juntos a plasmar la imaginería porcina parlante.
Se llamó en un principio a Erwin Neumman dibujante del Círculo de Artes Manuel Durán Díaz, para que en una especie de retrato hablado, la nueva deidad parlante estrenara su perfil, producto que fue rechazado por mostrar una expresión demasiado bondadosa.
Tocó el turno de probar las artes de Mauricio Gutiérrez Sepúlveda, quien con la descripción dada acertó con la expresión que se buscaba, una mezcla de ferocidad, opresión y aterrador semblante.
Como en aquellos tiempos no existían los Data show, se redujeron los dibujos y se implantaron en una diapositiva coloreada con tintas de colores y proyectadas en una superficie de lona.
A raíz que era proyecto de Torres , se pensó en levantar esta obra fruto de un trabajo mancomunado , sin líderes en una organización horizontal, cosa que sabida, no funciona en el teatro, se llamó a Isabel Olea, quien junto a Farías tenían alguna experiencia en las tablas, se solicitó la participación a un artista local X para que encarnara al sacerdote, quien como es su naturaleza, la del X me refiero, reculó a última hora, teniendo que encarnar el rol, el mismísimo Raúl Torres Olea, a poco tiempo de su estreno en la Feria del Libro de Antofagasta, las dificultades vinieron de parte de la misma institución que los cobijaba, no por una mala intención de parte de sus miembros, más que de el excesivo celo demostrado para que todo saliera perfecto, que podía confundirse perfectamente con una puesta de obstáculos.

Fue así que se presentó ante un público que lo aceptó de buen grado y que manifestó diversas interpretaciones al texto, lo que dejó muy satisfecho a su creador. Luego la misma obra fue montada ya bajo una dirección, la de Osvaldo Flores, quien le dio más relieve, incluyó música ambiental y una serie de elementos, como, ángeles en una ronda, todo esto a raíz de la presentación que se llevó a cabo en el estadio Sokol, el primero de Diciembre, con un lleno total y encuadrado con el día Mundial del SIDA, el texto fue adaptado para esa ocasión.
En este proyecto tomaron parte Osvaldo Flores Miranda, Patricia y Mónica Flores Miranda, Daniela Pereira Fernández, Javier González, Mauricio Gutiérrez , Isabel Olea González, Raúl Torres Olea, Eduardo Farías Alderete y especialmente la participación de Isadora Torres Flores, quien desde el vientre de su madre apoyó toda esta instancia.

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