sábado, febrero 20, 2010

Papel de diario para los asados por Rodrigo Ramos Bañados


También hubo en cambio en la prensa nacional desde el triunfo de Sebastián Piñera, lo digo como lector. Como la mayoría, soy lector por internet de la prensa, pues de lo contrario gastaría mucho dinero comprando papel para encender asados o envolver la excreta de mi perro pequeño. Me carga andar con un Mercurio de Santiago bajo el sobaco los domingos después de comer una empanada en el Salitre, por ejemplo, aunque lo he hecho, simplemente por la calidad del Artes y Letras.
Interesante y cómico me resultaba también leer la página editorial del Mercurio de Santiago, Cuerpo A, y especial los comentarios de política que aparecen, todos con marcada cizaña hacia la labor de la Concertación. Partían de una hilacha para desmadejarlo todo. Todo estaba mal. Todo corrupción. Ni hablar de Evo, Chávez y Fidel. Para que le digo las cartas al director, la mayoría pro píldora del día después, en general todas bajo la impronta del debate ético, algo que le encanta a la derecha más extrema o la de misa de martes, jueves y domingo. Leer aquellas páginas del Mercurio de Santiago me parecía como escuchar los ya entretenidos e inofensivos comentarios y gesticulación -de mono a pila tocando batería- del cura Hasbún en Mega. Sentí mucho cuando se fue Hermógenes Pérez de Arce del Mercurio de Santiago. Tipo consecuente con su pinochetismo y de fina inteligencia. Sin embargo hoy manda cartas a aquel medio y de inmediato las ponen en los blog para los comentarios de su público.

Carlos Peña (abogado y académico), columnista de aquel mencionado medio célebre por la frase “El Mercurio Miente”, es contrapunto pro Concertación. De todos modos un acierto. El problema es cuando ubican sus columnas en el blog. Es fácil disparar sentado desde un escritorio y con nombre falso. Por el marcado público lector de aquel medio de Agustín Edwards, a Peña lo tratan desde el último obrero de la construcción, con todo el respeto que me merecen a aquello trabajadores, hasta de marxista. Las pasiones políticas en la derecha muchas veces se traducen en descalificaciones y no en debate. La más utilizada por este sector es: resentido. A Peña le han dicho 1000 veces, resentido. Resentido según la RAE, es “Dicho de una persona: Que se siente maltratada por la sociedad o por la vida en general”. No creo que Peña se sienta maltratado por la vida, en fin, no nos desviemos del tema. El asunto que las portadas de El Mercurio de Santiago parecen reírse como Piñera después de tomar de un vino de honor. Leí por ejemplo en el suplemento El Sábado, la historia de Felipe Kast, el ministro más joven de Piñera. Kast como también fue uno de los líderes jóvenes que propone anualmente la revista del Sábado, y donde han pasado varios nortinos. Interesante artículo. Después en deporte, la proyecciones de Ruiz-Tagle, el subsecretario de deportes. Y así sucesivamente. Todos los artículos coronados con fotos sonrientes de los susodichos. Nada de bocas chuecas y gestos feos como solían poner con Ricardo Lagos, por ejemplo, enemigo declarado de El Mercurio de Santiago.

Las páginas editoriales de la A2, hoy parecen verdaderos jardines de flores, todo lindo y todo hermoso. Futuro esplendor, como dice el himno nacional. En un medio uno espera objetividad, si se puede. Pero aquello es utopía. En Chile los últimos 30 años los medios a nivel precisamente no se han caracterizado por su objetividad política. No incluyamos el período de Pinochet, pues ahí quienes revisaban y corregían lo que se publicaba o no eran los mismos militares. Con la Concertación, tanto El Mercurio como La Tercera, hicieron una oposición a ratos sana a ratos enfermiza. Por el otro lado, La Nación hizo lo mismo hasta que al final, por la campaña, habría perdido el rumbo con ataques personales. The Clinic en lo suyo con su ironía y sarcasmo de izquierda snob.

Si hiciéramos un balance, lo sigo diciendo como lector de papel, respecto a la tendencia de los medios, la cosa quedaría de esta manera: extrema derecha, UDI, poder económico, Opus Dei, El Mercurio de Santiago; derecha moderada, RN, presidente electo, La Tercera; concertación, La Nación Domingo y The Clinic; izquierda extrema, El Siglo. A final para hacerse una imagen país, debemos leer: El Mercurio de Santiago (como decían por ahi, hay que leerlo para saber que quieren los patrones) y contrarrestarlo con La Nación Domingo por ejemplo, y así sucesivamente. De todos modos mala cosa. En estos momentos se carece de un medio objetivo de centro. Y pensarlo también es utopía, pues la Concertación querrá invertir y lo hará desde su posición. En España, el alma mater (por lo de Franco, González y Zapatero), pasa lo mismo. El Mundo (una suerte de la Tercera) y el ABC, son de derecha. El País es más de centro- izquierda (Concertacionista).

Leer ambos recién significa informarse de España.

No obstante de ahí también la importancia de internet a través de los llamados medios electrónicos ciudadanos y participativos que abren el debate.

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