jueves, agosto 26, 2010

MAIAKOVSKI. NUBE EN PANTALONES 3. PELIGRO Y UTILIZACIÓN DE LAS REFERENCIAS por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


(texto íntegro en este blog)

Uno de los recursos del discurso lírico, son las referencias a personajes, textos, símbolos u otros elementos que enriquecen o son claves para enlazar otros textos a modo de intertextos, entendiéndose por estos, textos que refuerzan al texto general, creando así otras dimensiones. Además la inclusión de estas referencias reafirma ideas en el contexto general de la obra poética. Hasta ahí queda clara la función. El problema es cómo se manipula este material, se trataría pues, de un material delicado en el sentido que puede ensalzar un texto embelleciéndolo y elevarlo a un nivel seductor al intelecto. Desde personajes de la Biblia, de obras literarias diversas, comics, historia universal, historias nacionales, películas, farándula, etc. desfilan indiscriminadamente en poemas que en diversos niveles apelan a la cultura general del lector. He ahí el peligro que conlleva utilizarlos en número y medida que potencialmente atenten en contra del lector. Un caso célebre sería la novela “Rayuela” de Julio Cortázar, al incluir en diversos capítulos párrafos en idioma francés, aquel que no domine esa lengua se pierde de referencias que en cualquier sentido, enriquecen el texto y la trama en general, este pensamiento se ve eclipsado por esa técnica y sugerencia, no antojadiza de leer de manera dirigida y desordenada los capítulos de esta obra literaria. Hace años atrás , 2005 se realizó un encuentro de escritores jóvenes en que uno de los invitados, un poeta laureado y reconocido Tomás Harris, quien se quejaba “amargamente” de una crítica de su obra Tridente, en revista Libros de El Mercurio de Santiago, este libro trata en tres planos o tres vivencias, la primera de un Edipo escribiendo cartas desde Colono , en un futuro indeterminado de la humanidad, un “Marine” norteamericano que combatió en Medio oriente y un Francisco de Goya y Lucientes decadente dentro de la Quinta del Sordo, texto en la línea estilística de la Recopilación llamada “Cipango” donde referencias , nombres y planos de realidad se configuran en un opus poético , firme, imaginativo, sugerente y crítico. La reseña en cuestión atacaba a Harris y su obra, de un excesivo “culteranismo” entendiéndose por este una especie dentro del género del “conceptualismo” estética del barroco español. Si bien las referencias abundan en el texto, no es menos cierto que el lector sobre la media, se ve cautivado por los versos hasta el final del libro. Los peligros y las bondades de este tipo de recursos literarios estará en entredicho por mucho tiempo dentro de las lides creativas de la lírica, sin llegar a una conclusión final.

En Maiakovski y el poema la Nube en pantalones no se escapa de estos alcances, las referencias o agilizan enriqueciendo la imaginación u obstaculizan, en la tercera parte de este se incluyen referencias que pasaremos a mencionar y a delimitar, dejándonos en condiciones mínimas de emitir un juicio.

“ Y
Como en la tragedia de un acorazado
entre espasmos asfixiantes
los marineros se lanzan por la escotilla abierta:
a través de
mi ojo desgarrado hasta el grito
salía, enloquecido, Burliuk”

Burliuk

Esta referencia está aislada dentro del poema, se complementa con otras, y trata de David Davidovich Burliuk, poeta y pintor soviético, co-fundador con Maiakovski de la corriente del Futurismo, un artista injustamente olvidado y del cual textos no se encuentran a mano como para graficar esta tendencia artística. Entonces vemos que este elemento , este apellido inmortaliza un “compañero de viaje” del autor, nos lo trae de una manera vaga, que de buenas a primeras puede ser un objeto como puede ser un personaje imaginario.

“¡Que bueno
Si cuando te lanzan a los dientes del patíbulo
Alcanzas a gritar:
“Tomen cacao de van gutten”! ”

Cacao de Van Gutten

Resulta una imagen dura, siniestra y no menos irónica, se puede colegir algún pie forzado en ella, al menos para el lector desprevenido. Sin embargo esta cita tiene un sórdido origen en la realidad: su origen yace en un artículo tomado de la prensa de la época, la citada firma prometió pagar una pensión a la familia de un condenado a muerte con la condición de que instantes previos a la ejecución gritase “ Bebed cacao de Van Gutten”. Publicidad infame, efímera pero efectiva ya que a este tipo de “espectáculo” asistían multitudes de extremo morbo.

“ Y entre el humo de tabaco
Como una copa de licor,
Se alarga la cara abotagada-ebria de Severianin

Cómo se atreve a llamarse poeta
Y gorjear tan gris como una codorniz?
Hoy
Hace falta
Pegarle duro al cerebro del mundo
Con una manopla”

Severianin

Igor Severianin es un poeta creador y presidente de un movimiento futurista llamado los “Ego Futuristas” en San Petersburgo, obviamente estos versos atacan directamente a su vox poética, nada más que decir, otro compañero de viaje, visto con sorna y crítica.

“De detrás de una nube, un trueno, furioso, salió
Y se sonó las narices desafiante.
El rostro del cielo se crispó por un segundo
Con la mueca severa del férreo Bismark”

Bismarck

Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen. Figura conocida por muchos. Estadista, burócrata, militar, politico alemán, causante de la unificación alemana de fines del siglo XIX, cualquier otro comentario está demás.

“¿Usted piensa
Que el sol, tierno,
Palmea la mejilla del café?
Pues no, es el general Galiffet
Que va a fusilar a los rebeldes”

Galiffet

Gastón Alexandre Auguste de Galiffet, fue un infame aristócrata, militar y político francés que reprimió con extrema dureza la insurgencia de la Comuna de París, por allá 1871, episodio que antecedió a la Comuna de Petrogrado. Personaje felizmente olvidado por muchos. Dentro de la estructura de esta tercera parte del poema, estos versos son el preámbulo perfecto para la arenga que dirigida al pueblo en las calles llama al alzamiento general, un trampolín perfecto, originar repudio , energizar a las masas.

“ ¡Vengan
Los lunes y los martes,
Coloreémoslos con sangre como días feriados!
¡Que la tierra se acuerde al sentir los cuchillos
De aquellos que quiso ultrajar!
¡La tierra,
Cebada como una amante
De las ya usadas por Rothschild!”

Rothschild

Presumiblemente Mayer Amschel Rothschild, fundador de una dinastía capitalista europea cuya historia se remonta al padre de este, Amschel Moses Bauer, orfebre, quien por el año 1743 abre su negocio llamado “Escudo Rojo”, por el cual fue reconocida su familia y que Mayer adoptara como su patronímico ya que el nombre en alemán de dicho establecimiento es rothschild. Se figura en esta cita, lo detestable que era el capitalismo para Maiakovski, encarnado en este caso con el estereotipo de esa corriente económica en Europa.

“ No ve
Que el cielo vuelve a ofrecer como un Judas
Un puñado de estrellas salpicadas de traición?

Y por fin cae la noche.
Festeja como Mamai,
Posando su trasero sobre la ciudad.”

Mamai

Jefe militar de la Horda Azul, uno de los kanatos formados después de la muerte de Gengis Khan, por ende , una buena persona llena buenos sentimientos, entre los años 1370 al 1380 intentó obligar a los rusos a que presentaran sus tributos, en lugar de hacerlo ante la Horda de Oro, la fama de tal formidable guerrero ha perdurado durante siglos. Dentro de los dichos de la sabiduría popular se encuentra este: “Como si Mamai hubiera pasado”, como para graficar un desastre de proporciones.

“Esta noche, tan negra como Azef,
No habrá ojos que la atraviesen”

Evno o Yevno Fishelevich Azef.

Fue un ruso revolucionario y socialista, cuando estaba en boga serlo, actuó como doble agente: de día participaba en el Partido Revolucionario Ruso, de noche era agente de la Okhrana , Policía Secreta Imperial. Desempeñó su rol de Agente Provocador a la perfección, llevando a cabo actos de terrorismo. Respecto de “tan negra” tiene una doble interpretación… negra por el color de alma o por la tez, ya que al ver fotografías de semejante prócer, uno puede colegir que es moreno, negro como la noche (licencia poética).

Ahora explicitando estas referencias, hay otras dentro de este poema, pero que son de rápida asimilación tales como Napoleón, marsellesa, Gólgota, Barrabás, etc. Puestos estos elementos podemos enjuiciar la funcionalidad de las referencias en el contexto del poema analizado, es obvio que para el lector ruso, lúcido, sean precisas estos elementos dando un plus de agilidad de sentido, incluso , podría arriesgarme a asegurar que la pronunciación en el idioma original, los nombres citados enriquecen el ritmo y musicalidad de la obra.

De todas maneras esta tercera parte del poema “NUBE EN PANTALONES” se denota en una función de contrapunto en pos de una cuarta parte más elevada, más intensa y aún más intima que la analizada en esta ocasión.

lunes, agosto 23, 2010

LA DANSE MACABRE DE TITO MANFRED por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE




De pequeños nadie nos dijo, nadie nos enseñó que se podía golpear con poesía o que la Poesía podía golpearnos el alma. Para ello los “tecnicistas”, los críticos, el público en general y los poetas que solo son leídos por poetas postulan que un lenguaje procaz, austero y a la vez transgresor sería el arma contundente con que la poesía nos debería golpear… golpear, quizás un eufemismo para decir: embargar, abismar, abrumar y muchos verbos terminados en “er”.

Desde la carta introductora un desasosiego no confirmado se asienta delicadamente en nuestros sentidos, “Yo” el poema nos deja faltos de algo que aún no delineamos, “Uno”, la perfección de las líneas, la cita y el interlocutor fantasma preciso para desviar la atención a una madre una madre mayor a la carnal quizás, sólo quizás, encarnada en nuestras madres.

“Explosiones en el cielo” nos embriaga en el arco perfecto de la fantasía, unas imágenes sobrecogedoras y amantes, un remate de línea fina estimula al lector a saciarse de más versos e daguerrotipos de otras almas y lares. “Sombrita, píntame la luz en tu boca”, de golpe nos encontramos con un segundo epígrafe, que da los lineamentos a un universo que para algunos resultaría desconocido y a otros profundamente familiar, en el mismo trazo nos llega “Love Love Love” con epígrafe de The Organ, y se crea un contrapunto original, un primer quiebre en la estructura general en el que el lector desprevenido tiene una opción continúa este lúdico planear poético o tropieza de bruces.

“Pulverización de los últimos pudores” es una composición de prosa poética con rica musicalidad. “Visiones desde la herida” con epígrafe de Interpol, con desusada cotidianidad nos visitan estos versos, “Las perras no dicen miau miau como la niña que yo amo” lúdico, incisivo vuelve a golpear con un coctel variopinto de imágenes elementos de matices procaces, mitológicos cotidianos, referenciales, un trabajo interesante de ritmo: un trabajo compacto.

Si bien trabajar con referencias en materia poética es un trabajo riesgoso, ya que según algunos puede llevar a un excesivo “culteranismo” y para otros sólo trae la probabilidad de desviar el eje de atención del lector y vaciarse de buenas a primeras en la cita , en la referencia , con “Disco 3000” no sucede y no por la variación de “Disco 2000” de Pulp, sino por el texto mismo donde se incrustan códigos de lenguaje, traducción del nombre de un grupo musical, la lírica de una canción, un trabajo referencial delicado intimista dirigida abiertamente a quien goza de esos tópicos de ese estilo musical.

“Otredad” salón de múltiples espejos desemboca en un acto, común , descarnado propio. Ajeno.

“Canción” con citas incrustadas en el texto con “ I disappear” de The Faint, un trabajo elegante dentro de lo referencial , encaminando a un hipertexto simple pero decidor, un recoger de escena, un transporte al lector a ver un écran manchado pero íntimo. Otro golpe a los sentidos.

Con “No me soporto” se comienza a visualizar este “Totentanz” esta danza macabra, una serie de poemas que son viñetas a la usanza de un Holbein el joven, grabador y retratista de la muerte.

Hay que hacer un alcance aunque se entrevé la intención del autor en el epígrafe de “No podrás dejarme de amar cuando esté muertito/ muertito, serás siempre mía” el tema “Wild is the wind” originalmente cantada deslavadamente por Johny Mathis, nos dirige a la versión de Cat Power, aunque Nina Simone da tintes más dramáticos y sufridos a la misma y aunque el gran David Bowie entregue la versión más sentida y hermosa de esta canción, esto se entiende por una motivación de contemporaneidad, una suerte de rescate. Sugerencia al lector, lea esta composición poética con esa canción de fondo. Con cualquiera de las tres versiones.

“Papelitos Sueltos” es una suerte de puente en la estructura final del poemario, poemas breves, especulaciones líricas y experimentaciones que más que ser interesantes preparan el siguiente capítulo de esta unidad titulada “La Danse Macabre”: “ Entre tu Apocalipsis y mi muerte” .

Referencias abundan y la primera golpea, porque si bien es cierto muchos se han ahorcado en Manchester, hay para los cultores de dark- gotic-post punk, uno en especial, lejos de ser un tributo a Ian Curtis, resulta irónica una suerte de invocación burlesca, transgresora, no se trata aquí de santificar a un artista que marcó a una generación o entrego la línea que apareció a comienzos de este milenio con agrupaciones como Interpol, Editors, Monomen y otros, tratando de “ahorcadito” pero en el contexto en esta “desvaluación” se ve una proyección, concepto freudiano, del autor en si, como ansias “suicidas” de opereta, lejos de restarle valor o interés a la obra en sí, le da otro giro, un cariz amargo, deslucido , apoyándose en Goethe, o Gondri da la sensación de la recta final del suicida, la vida pierde sentido… una intensidad decreciente… un poemario digno de ser leído.

martes, agosto 03, 2010

El Miedo ( de El descuartizado de Rodrigo Ramos)






Leonidas todavía se sorprende con las relaciones jefe y subordinados. Tal vez Leonidas sea ingenuo. Nunca ha sabido de pagas y horas extras, nunca le ha trabajado un día a nadie, ni tiene intenciones de hacerlo todavía, por esto de las relaciones jefe y subordinados. Leonidas, un personaje comodín dentro de la baraja, arriesga morir de neumonía como un vagabundo que pide plata en las puertas del supermercado. Aquí, los macheteros son quienes mendigan, en su mayoría jóvenes trashumantes. La gente les da plata más bien por temor que por compasión. Temen que el machetero les pueda poner el cuchillo en el cuello. La gente teme. Demasiada televisión. El temor se transa en la bolsa.

En los trabajos del Tercer Mundo se asume el rol de abusador o abusado. En los trabajos el jefe manda la mayoría de las veces con arrogancia y despotismo. Son tipos que alteran su personalidad, tratando de imitar a algún mandamás de fuste. Por estos lados el ejemplo más utilizado es el de dictador. Pinochet es el ejemplo. El orden militar es el ejemplo. El país funciona mejor como tropa. Castigo a quien la caga. Castigo. No es raro que así sea pues somos un país heredado de un dictador, un país milico.

El resto -los empleados- obedecen, nada más por miedo a quedar cesantes. Son pobres: pobres trabajadores endeudados. Gente que quiere vivir mejor por eso gasta lo que no tiene. Con ese miedo juega el jefe. Es un tipo sin misericordia. Te puede aplastar como una cucaracha, a pesar de que sea asiduo a la misa dominical. Te podrá decir que sólo Dios tiene misericordia. Buena excusa. Dios está en todas partes, omnipresente, desde el cielo a la cloaca.

Su tesis es que el miedo hace funcionar a los trabajadores o que el miedo –o la obsesión de tener un sueldo seguro- mueve a la industria, al país. Definitivamente para él, los trabajadores son unos cobardes.

Al final justificaron los despidos de Mirko y Celeste como “necesidades de la empresa”.

Puede que Mirko tenga malas experiencias laborales, no obstante es la única realidad que conoció como pobre y desclasado que es. Podría esgrimir falta de talento, pero aquello depende como se mire.

A Leonidas le provoca risas que los subordinados siempre se hagan las víctimas, cuando podrían tomar el toro por las astas. Simplemente boicotear. La posición de Leonidas es cómoda.

Matar al jefe no debe resultar fácil, pero es una manera de ajusticiar y de quedar tranquilo, relajado por dentro. El cadáver de su canalla jefe puede fondearlo en el mar junto a una piedra de varios kilos, práctica común en la era maldita de Pinochet. Luego vendrán los cangrejos carroñeros.

De todos modos faltó aprovechar mejor el contexto, el maldito contexto de la dictadura, para deshacerse de algunos canallas abusadores como todos los jefes que Mirko tuvo en su vida. Pero era complicado. Casi todos los jefes de esa época eran pinochetistas. Si los denunciabas, te apaleaban a ti. Hace rato que los jefes casaron a sus hijas con los milicos.

Mirko también vendió medicamentos. Negoció con médicos, tipos que se creían dueños del mundo, de la ciencia, de los cuerpos; pequeños dioses al fin y al cabo. Algunos les pidieron viajes por recomendar su laboratorio. Los recién egresados viajes al Caribe, y los más viejos, a Africa (Egipto) o Asia (Indonesia). Cualquier lugar era mejor que Antofagasta, decían los médicos. Antofagasta era el lugar perfecto para ganar dinero. Minería=contaminación=cáncer.

Cuando vendió medicamentos, Mirko se mimetizó con los hombres que hacían trámites en los bancos o aquellos que ensimismados atravesaban por la Plaza Colón. Su apariencia es la de un oficinista con traje de mala calidad. Oficinista de cuarta estofa. Oficinista con resaca. Olía. No le alcanzaba para un Ives Saint Laurent o si tenía uno lo utilizaba toda la semana. Portaba un maletín grande, pasado de moda, donde llevaba las pastillas, jarabes y otras drogas, además de una colección de bisturís, regalo de los médicos por los viajes.
Los bisturís, al final, los ocupó para trozar en cuadrados como calguas al dictador de turno.

¿Hasta qué punto el sistema nos acorraló y no nos dejó sostener nuestras vidas?


Al principio nos costó, pero después cuando le tomamos el pulso, cuando nos acostumbramos, cuando nos mediocrizamos –si se me permite aquella expresión- nos sentimos útiles. Por fin nos ubicamos dentro del mundo laboral. Por fin podríamos optar a los créditos. Por fin podríamos cambiar el refrigerador y el lavaplatos. Entonces de acuerdo al cálculo del vendedor de crédito que también es vendedor de la isapre y que también vende AFP y que también es garzón por las nochas y que va con cara de espectro en el mismo vagón del metro o en el micro, tu vales un poco que el tipo de al frente porque viste un traje de mala calidad y menos que el que se bajó recién pues tiene cara de gringo. El crédito será igual a extender por 10 años o más tu trabajo de hacer las marquitas verdes a las tasas que fabrica en la empresa donde trabajas. Tú eres un obrero especializado en pintar tazas. Puedes hacer lo mismo toda la vida, y claro la vida se extiende con los créditos.

La calidad de vida = sacrificio. El tipo se sacrifica por su familia. Por esto cuando llega a su casa quiere estar tranquilo sin embargo hay imprevistos. Se descontrola con los imprevistos. No está para huevadas. Entre muchas cosas también descontrola no poder satisfacerle los gustos de quien ama. Siempre exigen. Exigen lo que sale en la tele. Exige en la escuela. Exigen las cuentas.
De lunes a viernes, el despertador a las 6 de la madrugada. Luego lo mismo de siempre.

Si claro, soy víctima de este sistema. Lo asumo. Es imposible salir. Te aprieta. El trabajo es algo necesario. Eso de dignificar es un mal chiste. El trabajo como está dado acá, en Chile, no te dignifica. Te tecnifica. En trabajar debo ocupar una mínima parte de mi cerebro. Las cosas están dadas así. Nadie discute en el trabajo respecto a porqué las cosas están dadas así. Esto es por miedo. Por miedo al desempleo. El desempleo es el peor escenario.
¿Qué le diré a mi familia si me echan?

El Escritor Fondeado (de El descuartizado de Rodrigo Ramos)




Mirko supo de la muerte de Berríos a través de una llamada telefónica. Al parecer no hay otro método más limpio para comunicar una muerte. Quien llama, se ahorra la expresión de quien recibe. Se ahorra, por ejemplo, el llanto y los mocos y las frases de manual que siempre se dicen en ese momento.

Mirko repasó historias en común con Berríos. Recordó el último encuentro en una panadería en Iquique. Estuvieron por unos minutos en la fila esperando el pan. Berríos le preguntó sobre un amigo en común, un músico que se había ido a Santiago a probar suerte.

Berríos vendía sus publicaciones en una feria de cachureos. Vendía fotocopias de sus poemas. Vendía fotocopias de sus cuentos. Le iba regular. Le iba mejor con la ropa usada que compraba por fardos a los chinos. Sólo le alcanzaba para comer. Por esto le faltó dinero para pagarse una atención médica de calidad. La atención pública jamás fue oportuna. Nunca. En el hospital le inyectaron un calmante y lo devolvieron a casa. Pensaron que era diarrea. Un perro con diarrea. A las horas se puso amarillo como cáscara de plátano. Falleció de Hepatitis. En el recuento de lo que comió, apareció desde chucrut descompuesto hasta un guiso de garbanzos. Se cocinaba el lunes y el viernes. El lunes garbanzos y el viernes, fideos. No tenía problemas en comer lo mismo todos los días. Tampoco tenía problemas con las cucarachas enquistadas en la cocina y en el baño. Cucarachas hay en todas partes.
Se habló de envenenamiento. El escritor siempre despierta envidia, decía Berríos, recordando una vieja columna de Joaquín Edwards Bello. Culpaba a un grupo de académicos de la envidia. Según Berríos, los académicos no tenían talento para escribir a pesar que todos los semestres sacaran libros financiados por la misma universidad. Los libros se lo leían ellos. Pajas. Según, los académicos, Berríos era un escritor provinciano pues para dejar de serlo, según los académicos, había que publicar en una editorial trasnacional, de lo contrario seguiría igual, expuesto a los males que afectan a los escritores provincianos: envidias, rencores y el peor de todos, hambre.

Publicadas quedaron dos novelas y varios libros de cuentos. “El Funeral de la Felicidad” se llamó su libro más conocido pues lo publicó en un editorial con tiraje en Chile. En la contratapa del libro sólo cabía su foto en blanco y negro. La mirada era soberbia, como la de cualquier escritor que ha esperado tanto tiempo para publicar en una editorial de renombre. Ahí estaba Berríos, cargando sus casi 40 años donde sobresalía su paso por Holanda. Autoexiliado. Su autoexilio partió de esta manera: Cuando le vencía la visa en Ámsterdam -donde partió como turista a la casa de un tío exiliado- llamó a un viejo amigo en Iquique, pinochetista. El plan le resultó. El pinochetista envió una carta al director del diario La Estrella de Iquique, donde hablaba pestes de Berríos. Por ningún motivo ese comunista debía volver a Chile, pues se estaba ante un agitador social. Esa publicación fue presentada por el tío de Berríos en Holanda, y con ello se ganó la estadía en el país europeo, además de un sueldo por no hacer nada. Como consecuencia de esto, se dedicó a leer y posteriormente a escribir. Para que entienda su estilo, los académicos calificaron su literatura como realismo mágico de segundo orden. Lo de segundo orden estaba demás. Realismo mágico donde Iquique era Macondo y pasaban una serie de situaciones con personajes urbanos entre sobrenaturales y reales. Cosas como que a un vagabundo se la aparecía una novia.

Regresó a Iquique, su terruño querido, con una holandesa tetona que robaba miradas cuando caminaba. Era cuestión de tiempo que le robaran a la holandesa. Lo mismo le pasó después con la cubana. El problema era que Berríos era enfermo de celoso. Obsesivo. Otro punto en contra, era que la vida que le daba en Iquique a ambas mujeres no era como ellas imaginaron al subirse al avión. La comodidad en la casa de Berríos era escasa y el aseo también. Vivía con tres hermanos. Dos cesantes y el otro medio alcohólico. Los hermanos también ojeaban a las minas y no aportaban un peso a la olla, salvo cuando pescaban. Por esto, en un momento, terminó peleado con todos.

Mirko lo conoció en Iquique, en la redacción de El Nortino, en 1998. A Mirko le tocó cubrir el lanzamiento de “El Funeral de la Felicidad” en Iquique, en una coqueta librería de calle Gorostiaga, con libreros de pino oregón . Hizo una crónica condescendiente, demasiado. El escritor quedó contento y le regaló un libro donde firmó: para un periodista talentoso. Fue bueno eso de pe-rio-dis-ta-ta-len-to-so. Así Mirko se atrevió a mostrarle unos cuentos, en busca de “orientación literaria”.

Berríos los destrozó. Definitivamente malos. Pésimos. Había que golpear en la primera línea, atrapar de inmediato. Le aconsejó leer a Guy de Maupassant.
Pedro lo envidió desde el primer momento en que lo vio feliz con su libro bajo el brazo la noche del lanzamiento. Como le habría gustado estar en el pellejo de Berríos. Nunca superó que aquel escritorcillo le haya destrozado sus cuentos o que ni siquiera se fijara en su potencial. Nada. Tal vez Pedro envenenó a Berríos, para quedarse con su ta-len-to.
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