viernes, mayo 13, 2011

MANIFIESTO DEL SEÑOR ANTIPIRINA por TRISTAN TZARA




DADÁ es nuestra intensidad: que erige las bayonetas sin
consecuencia la cabeza sumatral del bebé alemán; DADÁ es la
vida sin pantuflas ni paralelos; que está en contra y a favor de la
unidad y decididamente contra el futuro; sabemos sensatamente
que nuestros cerebros se convertirán en cojines blancuzcos, que
nuestro antidogmatismo es tan exclusivista como el funcionario
y que no somos libres y gritamos libertad; necesidad severa sin
disciplina ni moral y escupamos sobre la humanidad.
DADÁ permanece dentro del marco de las debilidades europeas,
es una cochinada como todas, pero de ahora en adelante
queremos zurrarnos en diversos colores para ornar el jadrín
zoológico del arte de todas las banderas de los consulados.
Nosotros somos directores de circo y chiflamos entre los vientos
de las ferias, por entre los conventos, prostituciones, teatros,
realidades, sentimientos, restaurantes, uy, jojo, bang, bang.
Nosotros declaramos que el coche es un sentimiento que nos ha
mimado más de lo suficiente en las lentitudes de sus
abstracciones, como los transatlánticos, los ruidos y las ideas.
Sin embargo, nosotros exteriorizamos la facilidad, buscamos la
esencia central y nos sentimos contentos si podemos ocultarla;
no queremos contar las ventanas de la élite maravillosa, pues
DADÁ no existe para nadie y queremos que todo el mundo
entienda eso. Es ahí, se los aseguro, donde está el balcón de
Dadá. Desde donde uno puede oír las marchas militares y
descender cortando el aire como un serafín en un baño popular,
para mear y comprender la parábola.
DADÁ no es locura, ni sabiduría, ni ironía, mírame, gentil
burgués.
El arte era un juego color de avellana, los niños armaban las
palabras que tienen repique al final, luego lloraban y gritaban la
estrofa, y le ponían las botitas de las muñecas, y la estrofa se
volvió reina para morir un poco y la reina se convirtió en ballena
y los niños corrían y se quedaron sin cena.
Y luego vinieron los grandes embajadores del sentimiento,
quienes exclamaron históricamente a coro:
Psicología Psicología jiji
Ciencia Ciencia Ciencia
Viva Francia
No somos naf
Somos sucesivos
Somos exclusivos
No somos simples
y sabemos bien discutir de la inteligencia.
Pero Nosotros, DADÁ, no compartimos su opinión, pues el arte
no es cosa seria, se los aseguro, y si mostramos el crimen para
doctamente decir ventilador, es para halagarles, queridos
oyentes, los amo tanto, se los aseguro, los adoro.

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