domingo, septiembre 04, 2011

DEDICATORIA DE UN TERRENO BALDÍO por WILLIAM CARLOS WILLIAMS



Este terreno baldío
frente a las aguas de esta ensenada
está dedicado a la presencia viviente
de Emily Dickinson Welcome
quien nació en Inglaterra, casó,
perdió a su marido y con
su hijo de cinco años
se embarcó en un velero a New York;
fue desviada a las Azores;
encalló en los bancos de Fire Island,
conoció a su segundo marido
en una pensión de Brooklyn,
se fue con él a Puerto Rico
tuvo tres hijos más, perdió a
su segundo marido, vivió azarosamente
durante ocho años en Santo Tomás,
Puerto Rico, Santo Domingo, siguió
a su hijo mayor a New York,
perdió a su hija, perdió a su “nene”
agarró a los dos varones del
hijo mayor de su segundo matrimonio
les hizo de madre –cuando se quedaron
sin ella– peleó por ellos
contra la otra abuela
y contra las tías, los trajo aquí
verano tras verano, se defendió
aquí contra ladrones,
tormentas, contra el sol, el fuego
contra las moscas, contra las niñas
que venían a espiar, contra sequías
y malezas, contra inundaciones de tormentas, vecinos, comadrejas que robaban sus pollos, contra la debilidad de sus propias manos,
contra el vigor creciente
de los varones, contra el viento, contra
las piedras, contra los intrusos,
contra los alquileres, contra su propio juicio.
Ella desbrozó esta tierra con sus propias manos, Fue matrona en este palmo de pasto,
chantajeó al mayor hasta que se lo hizo comprar, vivió aquí durante quince años,
alcanzó una soledad final y-
Si no puedes traer a este lugar
nada más que tus piltrafas, fuera de aquí.

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