jueves, septiembre 27, 2012

NATURALEZA MUERTA DE GUIDO ARROYO: UN LIBRO-OBJETO QUE ES UN LIBRO



La Pintura junto a la Poesía son en mi opinión; formas puras, universales y transversales de arte. Por más que la poesía en sí sea creación, POIESIS y recrea en su propio contexto matices, melodías  lo cromático de las sensaciones  en los versos, combate casa a casa , alma a alma con la pintura, no son contrapuestas, se complementan se sugieren y hasta se susurran. Hay poetas pintores y pintores poetas, porque al parecer estas artes comparten los códigos vitales necesarios como para proyectar el espíritu del artista a este mundo real y descarnado.

Guido Arroyo hermana en Naturaleza Muerta estas dos artes, pero no sólo eso, la intrincada, pulcra y elegante poesía nos revela en  unos trazos un mundo de filosóficas dimensiones que nos sumerge en una cosmogonía teñida de los matices del intertexto y las citas textuales, un pasaje a los contextos inimaginables que nos mostraron las vanguardias de principios del siglo XX, sobre todo el surrealismo en su estado más salvaje con Magritte y Duchamp. Sugiere, demuestra, seduce y  golpea con imágenes claras nítidas y propias de este mundo, el real, en giros que no destemplan en nada la forma del cuadro total que es este libro, un cuadro que retrata una realidad determinada.

Ahora, hay una forma metamorfoseada del libro que tiene, lamentablemente, poca difusión, porque de hecho así debe ser, el LIBRO OBJETO, en que la poesía o la literatura se conjuga con el objeto en sí, sin corromperse sin perder su esencia y sin embargo en la forma ir más allá de un libro, me explico, puede ser pequeñas cajas con pocas palabras y objetos “inertes”, poesía visual , dibujos todos creando una concreta unidad artística un crossing de arte, un concepto. Pues bien valga esta pequeña explicación para decir que este libro en comento debió ser eso, pero no es así; porque al lector atento , cada poema,  cada sentido, cada intertexto y cada visión crítica llega a ser un pequeño objeto o un gran objeto dentro de una interpretación pasiva/activa que los contiene … verbi gratia luego de una serie de imágenes y sentidos nos encontramos una hoja negra donde los versos simulan en una coloración pálida la bandera nacional, al reverso de la página una completamente negra, pero este juego del contenido de los versos allí escritos y la oscuridad de una página va aún más allá.

Invita, empuja, arrastra en un salón de cuadros y realidades, abruptos algunos, delicados otros, entre los oleos, entre la historia del poeta  deliberadamente profunda y la cotidianidad que se diluye en pensamientos existencialistas reafirmando una cosmovisión digna de un libro objeto, uno que  queda en la memoria sin la necesidad de tenerlo entre las manos. La firmeza y creatividad acompañada de un oficio indubitable entrega en Naturaleza Muerta una cosmovisión en que nos visitan Pintores, Diseñadores, Fotógrafos, Antropólogos, Trovadores, Filósofos, Poetas, grabados y daguerrotipos, instantáneas irreversibles de una angustia que parece el mal de la humanidad y a la vez la madre de las artes.  He ahí la contraposición del sentido del título y lo que contiene este libro, poemas, representaciones que no son objetos inertes.

Pero no se engañen  Naturaleza Muerta NO ES UN LIBRO OBJETO, es un libro de poemas, un libro que va mas allá de las páginas.

Guido Arroyo es un Poeta Valdiviano, editado en esta oportunidad por Ediciones del Temple.

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