sábado, septiembre 14, 2013

LAPSUS por PABLO ESPINOZA BARDI


El extenso camino se mostraba en
descenso, iluminado tímidamente por
los postes que se extendían hacia
delante, siempre hacia delante...
adelante y abajo. Mi lenta
peregrinación a una tierra
desconocida carcomía mi espíritu con
trastocadas representaciones de
angustia transitando hacia un Tártaro
que engullía gradualmente el cemento,
el vidrio, el hierro y asfalto de la
ciudad.
La luz naranja de aquellos postes
llenaban de terror mis sueños
infantiles, una luz que no era tal...
una falsedad que proyectaba falsedad.
Estas creaban a mí alrededor
deformaciones de todo tipo... el
anaranjado haz dividía mi cuerpo en
cientos de otras formas. Las siluetas
proyectadas se fundían en una legión
de abominaciones provistas de una
desagradable consistencia, y
arrancaban ilusorios pedazos de piel
muerta.
......................................
..................Belial me susurraba
al oído que el final estaba cerca.
El viaje fue doloroso. Los demonios
que brotaban de la hipocresía de mis
actos se regocijaban con las migajas
obtenidas. El siguiente poste se
encontraba apagado... sigo
caminando... no sé que
esperar................

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