domingo, enero 04, 2015

AVENTURA por ARTHUR RIMBAUD


I
Con diecisiete años, no puedes ser formal.
––¡Una tarde, te asqueas de jarra y limonada,
de los cafés ruidosos con lustros deslumbrantes!
––Y te vas por los tilos verdes de la alameda.
¡Qué bien huelen los tilos en las tardes de junio!
El aire es tan suave que hay que bajar los párpados;
Y el viento rumoroso ––la ciudad no está lejos––
trae aromas de vides y aromas de cerveza.


II

De pronto puede verse en el cielo un harapo
de azul mar, que la rama de un arbolito enmarca
y que una estrella hiere, fatal, mientras se funde
con temblores muy dulces, pequeñita y tan blanca...
¡Diecisiete años!, ¡Noche de junio! ––Te emborrachas.
La savia es un champán que sube a tu cabeza...
Divagas; y presientes en los labios un beso
que palpita en la boca, como un animalito.

III

Loca, Robinsonea  tu alma por las novelas,
––cuando en la claridad de un pálido farol
pasa una señorita de encantador aspecto,
a la sombra del cuello horrible de su padre.

Y como cree que eres inmensamente ingenuo,
a la par que sus botas trotan por las aceras,
se vuelve, alerta y, con un gesto expresivo...
––Y en tus labios, entonces, muere una cavatina...

IV

Estás enamorado. Alquilado hasta agosto.
Estás enamorado. Se ríe de tus versos
Tus amigos se van, estás insoportable.
––¡Y una tarde, tu encanto, se digna, ya, escribirte...!
Y esa tarde... te vuelves al café luminoso,
pides de nuevo jarras llenas de limonadas...
––Con diecisiete años no puedes ser formal,
cuando los tilos verdes coronan la alameda.



23 de septiembre del 70

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