lunes, junio 29, 2015

HIEL DE ALVARO CORDERO: DETRAS DE LA AMARGURA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



La  mujer como temática en la poesía, no es sorpresa, se ha abarcado de diferentes  formas, desde el amor más excelso a la misoginia absoluta. La dinámica de cómo enfrentarlas en la vida real tiene el mismo abanico de probabilidades. Que inspiran,  construyen y deshacen; desde vírgenes, brujas a putas cada poeta se dirige a ellas con la libertad de lo que el corazón dicta, y eso habla muy bien de  la calidad del corazón del poeta. Es decir un indicador preciso.

Álvaro Cordero, nos trae la voz lírica de un hombre que ha sido quebrantado, ante una mujer que es máscara, ya que no registra nombre, pero condiciona y determina  a una búsqueda inútil, tras un desasosiego que no arribará bajo ningún nombre ni bajo ningún cuerpo que emancipe ese corazón cautivo.

“Respiraría a duras penas
sin pensar en nada
mientras tu sombra se retuerce
junto al eco de las vanas palabras
que susurraste.”

- Si estuvieras aquí-

Un corazón herido no conoce de razones y el mundo no tiene otra vista que un desierto extenso e inhóspito. Aquí surgen los versos como una forma de expiación o mejor, precisando,  búsqueda de catarsis, el intento a todas luces puede ser fallido. Y  sólo resta el despecho.

“No eres Violeta Parra
no te alcanza
no bastas

No eres mujer
sino sólo un cuerpo
a lo ancho de una cama”

- Violenta Parra-

Y se abre un expediente de razones, la lógica con su oratoria insulsa tratará dentro del espíritu salvar lo que reste del amor propio, salvaguardar esa imagen de hombre ante el mundo, esos dos pies puestos ante una sociedad siempre dispuesta a juzgarte.

Hiel es el nombre preciso para este poemario, el hilar la hiel entre versos, no comulgo con la imagen del animal lamiéndose las heridas, si no aquel que anda por los amargos senderos del desamor. El amante siempre tiene una sola visión  dependiendo del estado en que se encuentra, dolido, el mundo se llena de representaciones agrias. ¿Quién o qué puede curar eso?
                                                                                                         “ Tengo el cuerpo hecho un nudo
                                                                                           de dolores transversales
                                                                         como agujas
                                                                                                          recorriéndome como relámpagos
                                                                                            desde dentro hacia fuera
                                                                                                  riñones, testículo izquierdo,
                                                                      el corazón,
                                                                                                       alfiletero preferido de mi mal.”

En Hiel, el oficio poético se pone al servicio de la sangre hirviendo, la expresión es un látigo que daña tanto al emisor como a la destinataria, aquí el lector es testigo, me recuerda a las cuitas que se escuchan en los bares de mala muerte, o esas confesiones dolidas entre copa y copa. Sin embargo el mundo es extenso y forastero por lo que hay que apañarse en los intersticios del deseo insatisfecho y la lujuria:

“Ver tanta mujer caminar
con ese bamboleo de cadera
subiendo y bajando.
Imaginarlas
subir y bajar sobre mí.

Sacarle la ropa a la de la estación
el olor blanco de la desnudez
chuparle las tetas a la del asiento de al lado
arrodillarme entre sus piernas
subirle la falda
y besarla justo ahí
como no me creería.”

- Metro camino al trabajo-

Un acierto de la edición, es dejar en último lugar al poema “Las Mujeres” que desde los primeros versos deja en claro todo el tenor del poemario a saber:

“Las mujeres son armas
explotan
son inflamables
matan”

Miles de historias corroboran esta visión “bélica” de las féminas. Parcial, obvio que sí, pero pongamos atención a los siguientes:

“las mujeres son suaves
son frías
son hermosos paisajes de lujuria
son animalitos muy veleidosos
son bocas abiertas con la garganta cerrada
son costillas con alambre de púas
son saliva áspera y negra como el alquitrán
son siempre malas noticias”

Una conjugación de adjetivos, conceptos contrapuestos, donde como todos sabemos, detrás del despecho subsiste en sordina un amor ciego e innegable.


Hiel. Álvaro Cordero, La Liga de la Justicia Ediciones.

domingo, junio 28, 2015

SECTOR 7-G DE ANUAR ZUÑIGA NAIME: DE TELEVISION Y EXISTENCIA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Para aquella generación que creció entre los programas nacionales y las series británicas y gringas, que creció con tres o en el mejor de los casos cuatro canales de televisión a disposición, el mundo de aquellos años se marcó con las imágenes de superhéroes verdes y musculosos, una familia  granjera en medio de la pradera, seres biónicos y nucleares. Para aquellas generaciones el ritmo de la vida y sus hitos iban en paralelo a esos eventos televisivos, cuando el sucio y corrupto rating comenzaba a asomar su espantosa cabeza. Las opciones eran pocas y eso determinaba a las masas a una homologación nunca antes vista y que nunca más se vio, eso y los partidos de fútbol en las calles, eso y el sudor de niño mezclado con el polvo en suspensión, eso y los sacrificios de la madre, eso y la escuela, determinaron toda su existencia.

Ánuar  Zúñiga Naime, poeta mexicano, es testigo, protagonista y deudo de aquellos tiempos y parte de estas generaciones.  Estos poemas provienen de una voz lírica que aún recuerda, que pervive en los tiempos de las redes sociales y del infinitesimal abanico de posibilidades visuales. Surge su discurso entre recuerdos magros, sinsabores de infancia y adolescencia que irremediablemente hacen mella en su edad madura, el mundo ha cambiado y el poeta; también.

La poesía es, sin duda, un excelente registro del tiempo y su pulsión:

“De momento
los focos arden en el techo
que se desplomará
sobre 1994.

De los escombros sólo asomará
una resistencia al rojo vivo y el ozono
que en grandes cantidades
podría matarnos. “
 - Result may vary-

Un registro de los hitos más lacerantes y más cabales:

“La madrugada del 11 de junio de 1997
Alfredo Naime aprendió que la muerte es un taladro
que perfora lo seco de las tablas
y deja pasar una luz que no se parece
a las luces que ven los moribundos de las películas.”

- Flatline-

La realidad y sus padecimientos prácticamente es el escenario en el que el yo poético, la nostalgia influye con su peso específico. Pero también hay cabida a una abstracción que apela a esa alienación circundante propia del mundo y sus normas, como la notable  composición  del  poema  intitulado “Public Suicide Booth”  y de “Demuestra que no eres un robot” anclando un elemento lúdico en medio de un melancólico devenir.

La cultura televisiva y la cultura popular forma la columna vertebral de este poemario, no su principal leitmotiv, si no lo que le da la agilidad necesaria para llegar directamente al lector, Zúñiga lo sabe, sabe que todos esos elementos son los que le han formado, el tiempo y su marcha le hace un trashumante por la década de los noventa.
El principal rasgo es demostrar virilmente su humanidad ante un clima adverso, mientras el mundo se va moviendo en imágenes en el sistema tricomático del rojo verde y azul, antes de la TV paga, antes del internet.

Nota para el lector desprevenido: El título de este poemario es “Sector 7-G” que es el ámbito donde Homero Simpson presta sus servicios en la  Planta Nuclear de Springfield. La serie “The Simpson” lleva 25 temporadas, la serie de animación más extensa de la historia de la televisión mundial. El título nos podría demostrar que Anuar Zúñiga equipara la existencia a una serie imprecisa de temporadas que sólo terminaría con su muerte.

Sector 7-G por Anuar Zúñiga Naime. Editorial foc. México.



sábado, junio 27, 2015

YEGUAS DEL KILIMANJARO DE ROLANDO MARTINEZ: DEL DORADO MUNDO DEL PORNO A LA POESIA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Hay en el Porno, más prejuicios que realidades y más hipocresías que consecuencias. Oculto, negado por la moral pero extenso en las prácticas de la masa, aún no se le reconoce como arte y posiblemente nunca se le dará ese sitial que algunos postulan como necesario.

Se debe reconocer que el sexo está in extenso dentro de la poesía y de la literatura. No es de sorprender cualquier novela, cuento o poema, donde explicita o tácitamente cumpla una función relevante (como la vida misma). Pero Yeguas de Kilimanjaro rebasa ese leitmotiv y se acomoda con certeza y novedad en el Porno, para ser precisos en la época dorada, mediados de los setentas hasta finales de los noventa aproximadamente.

Este hábil y pulcro poeta, afila sus armas líricas ensalzando lo que muchos dudarían como una temática o algo que llegue a “inspirar” un par de versos.

Rolo Martínez es detentador de una voz lírica precisa que utiliza las imágenes necesarias como para imbuirnos en el instante preciso en que el sustrato real, el hombre mismo se enfrenta a la cinta VHS donde las reinas y princesas del porno se pasean en cueros y despliegan todas sus técnicas amatorias.

Que no se piense que es un simple o vulgar “homenaje” a un puñado de actrices porno, sería reducir a esta obra a una mínima e injusta expresión. Martínez se sumerge en esa íntima experiencia de disfrutar a esas mujeres intérpretes de excelsas sesiones de sexo, artificioso, irreal para algunos, pero certero y necesario para muchos, las pulsiones, el movimiento y la carne por la carne en la carne, mientras se es testigo mudo  y sordo, por atestiguar en bajo o nulo volumen. Rito necesario en que se invoca las facetas más voyeristas del alma, un instinto onanista, la escisión perfecta del mundo exterior  con el interior, el mundo queda excluido y sin embargo estos instantes son capaces de desatar universos complejos, cosmos indivisibles de imágenes placenteras.

Martínez excluye la culpa que para muchos es el escudo perfecto para proteger su moral. No se abandona el lirismo, las imágenes son bellas, pero el poeta realiza un ejercicio interesante que define su punto de vista con exactitud:

“ahora que el silencio se repite como una cadena
escribo la vida y el porno son pequeños
/ símbolos de sincronía
instantes de fuego y exilio
que sólo saben devenir
en un poema:”


Las actrices Ginger Lynn, Kay Parker, Traci Lord, Kascha Papillon, Tory Welles, Stacey Donovan, Amber Lynn, Candie Evans, Marilyn Chambers, Linda Lovelace, Shauna Grant, Kandi Barbour, Bambi Woods, Arcadia Lake, Shanna Mccullough, Karen Summer, y otras tienen su lugar en este poemario, que no se queda corto en el esplendor refulgente que entregaba la tecnología catódica y los cabezales de los reproductores VHS.
Cito al poeta:

“yacen aquí los restos de una
/ incandescente señorita
bajo este montón de hierro sucio
/ donde duerme el frío de sus muelas
sus pies azules dos insignias férreas de lo inmaterial
su rostro como un aeródromo
/ en que la galaxia fue un enjambre
/ de cansadas mariposas
bajo estas breves líneas de neón
escaño de una bailarina de striptease
/ que danza en una pira hecha de
/ garzas pálidas y amebas
en este campo de significados transparentes
/ reposa el cuerpo de una yegua
/ que escribía con su lengua ésta
ésta fui yo:”

Pero Martínez nos sitúa en el tiempo y en el espacio, para que esa magia irreal de las películas porno nos envuelva nuevamente y apela a esa memoria que se crió con la satisfacción entregada a través
de la fría pantalla de  la televisión, y los nudos desatados de nuestra imaginación. Bello, inalterable y excelso tributo a los instintos.

Excelente poemario, se recomienda el poema “Traci Lord” cuya estructura en tres partes, es una muestra del buen nivel poético. En cuanto al título, claro, las Yeguas tiene que ver al chilenismo que define a la mujer como una “puta” o también “mujer de bellas proporciones”, lo de Kilimanjaro es difícil de descifrar , más allá del monte de Tanzania o quizás  como una certera sustitución al monte de Venus, Sea como sea, este poemario tiene un nivel excepcional tanto compositivamente como el fondo  que abarca y diferencia el radiante mundo del porno con la cruel realidad.


Editorial La Liga de la Justicia Ediciones. 105 Páginas.

sábado, junio 13, 2015

REBUS POESIA VISUAL Y COLLAGE por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


REV-O-LUKTUK POESIA VISUAL Y COLLAGE por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE

PARA BAJAR POR MEDIAFIRE


EXTRAÑO PROYECTO LITERARIO DE DANILO PEDAMONTE: PASION, REFLEXION Y POESIA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE.


Pedamonte ahonda en lo cotidiano. En poesía, en prosa poética y narrativa, utiliza su firme mano en un constante intentar marcar al lector. Las imágenes son procesadas en una magnitud que no deja impávido.

El planteamiento del poeta en describir el perfil del sujeto X va en partes iguales  tanto en la prosa como en lo lírico, a  poco andar lo tortuoso de vuelve  en algo un poco más llano y el sujeto X pasa a cargar con un nombre fijo, Emilio y una existencia opaca, rutinaria  que sólo muta al crear versos, así la humanidad queda en entredicho. En el poema “El Hombre” la divinidad es emplazada por el hablante lírico pero  que la valida sin ofenderla, exponiendo los modos de una vida plana con sus limitantes y en el peor de los casos con esperanza.

“El hombre cotidiano, es simple:
El hombre cotidiano no alza sus hombros sobre colinas de fuego,
El hombre cotidiano, solo anda por ahí, sin insistir en cosas maravillosas,
Sin aventurarse en grandes guerras callejeras, las únicas batallas que libra, son las del hogar y la necesidad.”

En el esfuerzo de escapar de lo cotidiano y de la condena de una vana esperanza es cuando el poeta comienza a definirse como un personaje más, en un Emilio o en un X.

La moral muta con un movimiento similar al péndulo y esto sólo por el ansia de “desmenuzar” la condición humana, la más inestable de las condiciones. La historia personal que es el fundamento del discurso lírico es vigorosa y de un ritmo preciso.

“Perdónenme Dioses, por ser el eslabón de las creencias, por encontrarme bebiendo con demonios, con sentirme tan bien con las alucinaciones, con haber pervertido mi espíritu y se haya entonces encontrado en desgracia, perdóname entonces por aprender a escribir, por haberlo ocupado como un arma incasable de balas, por un arma que fue entonces inquietante como la ridiculez, como el espanto como un MANTRA que se medita en el acto sexual o un estado puro de amor…”
“Indicios.”

Comienzo de las meditaciones. En este capítulo la divinidad judeocristiana se ve en tela de juicio, llevándolo a  diversos escenarios histórico morales, se cuestiona, se acepta, se le fuerza, se le hilvana en la existencia del hombre y se colige  que uno no sobrevive sin el otro.

El poeta se dirige directamente al lector y esta actitud apostrófica, incita a continuar leyendo, a ser parte del desafío de buscar la quintaescencia de Dios, o de hundirse en el horror existencial del hombre.

“Querido lector te hablo, porque debo hacerlo, porque es necesario, es como si fuera mi instancia final para sacer mí, el grito desesperado de la locura, de la tardes miserables que te da la humanidad con sus miradas objetivas y depravadas.”
“Meditaciones  VI”

Así comienza una serie de invocaciones en tono de monólogo que no dejan de tener un hilo conductor y  donde la voz del poeta surge desde el mismo infierno. La mitología y Homero de la mano del autor nos guían a parajes que el lector puede reconocer pero que ahora se observan de una manera distinta. Un giro diferente se  da  cuando la Biblia ocupa el eje de estas meditaciones. La voz de Job, una de las figuras más devotas de este libro y a la vez la historia más ejemplar y poética nos deja impresionados y dispuestos para otras voces. Pedamonte lo hace dialogar con “quien no tiene nombre”. Judas Iscariote se encuentra ante la presencia del creador y en un lugar indefinido entre el cielo y la tierra. El efecto se logra.

Luego el lector es arrebatado de la realidad para encontrarse en los idus de marzo y junto a Julio Cesar. Pronto el drama entra  de la pluma del poeta demostrándonos la versatilidad y oficio del mismo.  Es un libro interesante y de una propuesta donde la pasión y la técnica nos entrega  una vigorosa voz poética.



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